CORPUS
CORPUS
According to the RAE, m. That which has limited extension, perceptible by the senses. Each of the parts, which can be independent, when considered united to another main part.
The series "Corpus" arises from dreamlike poems (based on my dream diaries). The fragmented images create weaves with soliloquies about the construction of Identity.
The anima looks at the animus seeking parts of the other. The body unfolds, fragments, flies, falls, surrenders. The landscape is stripped. Trees in autumn await blooming. There are dogs playing and barking among empty meshes that someone holds. Women stack books in the marshes while others sew in the living room. Latent under the volcano begins the eruption, there is always a way out, says one of the poems. Cars have roots, while bodies petrify, are sculpted with gouges. Under the labyrinth staircase white sheets. The roots dissolve as in dreams, the planes mix, the white vacui is one more element. Nature and cement. The jungle and the cables. The sacred and the profane. Pain and play.
The symbol is amplified with a new imaginary, the irrational asymmetric.
As you is an omniscient I. The house, the body, white cube is sometimes a fish tank, cabin, wall, cage, ditch, prison, amphitheater. A body floats on an iceberg, another is crucified on the rooftop hanging in the wind. There are children running, playing, bodies swimming, floating, trees with scaffolding that liquefy. The skin opens its scars. The threads are constellations of others. Color invades the planes, dyeing them with new meanings.
The series ends in a sea of islands, circular plane, a breath of vital life creator of all things.
The challenge is to find the key to decipher the three-dimensionality of the works.
CORPUS
Según la rae. m. Aquello que tiene extensión limitada, perceptible por los sentidos.
Cada una de las partes, que pueden ser independientes, cuando se las considera unidas a otra principal.
La serie “Corpus” nace de poemas oníricos ( basados en mis diarios de sueños ). Las imágenes fragmentadas crean urdimbres con soliloquios acerca de la construcción de La Identidad.
El anima mira el animus buscando partes del otro. El cuerpo se desdobla, fragmenta, vuela, cae, se rinde. El paisaje se despoja. Los árboles en otoño esperan florecer. Hay perros que juegan y ladran entre mallas vacías que alguien sujeta. Mujeres que apilan libros en las marismas mientras otras cosen en el salón. Latente bajo el volcán comienza la erupción, siempre hay una salida, dice uno de los poemas. Los coches tienen raíces, mientras los cuerpos se petrifican, se esculpen con gubias. Debajo de la escalera laberinto folios blancos. Las raíces se diluyen como en los sueños, se mezclan los planos, el blanco vacui es un elemento más. La naturaleza y el cemento. La jungla y los cables. El rito y lo profano. El dolor y el juego.
El símbolo se amplifica con un nuevo imaginario, el irracional asimétrico.
Un tú es un yo omnisciente. La casa, el cuerpo, cubo blanco es a veces pecera, cabaña, muro, jaula, acequia, cárcel, anfiteatro. Un cuerpo flota en un iceberg, otro está crucificado en la azotea colgado al viento. Hay niños que corren, juegan, cuerpos que nadan, flotan, árboles con andamios que se licuan. La piel abre sus cicatrices. Los hilos son constelaciones de otros. El color invade los planos, los tiñe de nuevos significados.
Termina la serie en un mar de islas, plano circular, un soplo aliento vital creador de todas las cosas.
El reto es encontrar la clave para descifrar la tridimensionalidad de las obras.